"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

miércoles

Era media tarde. Un día frío de otoño. Comenzaba a oscurecer. Estaba sentada en uno de los columpios del parque, esperando. El viento agitó los árboles y las hojas se arremolinaron a mis pies. Una sombra apareció detrás de mí. No me hizo falta levantar la cabeza para saber de quién se trataba. Sonreí y me acomodé en mi sitio, balanceándome ligeramente de atrás hacia delante. Por fin, se decidió a hablarme:
-Hola.
Esperé a que dijese algo más, pero de su boca no salió nada más que un leve suspiro. Agarró el columpio vacío y se sentó, quieto, con la vergüenza reflejada en su semblante.
-Hola- le respondí amablemente-. ¿Qué haces aquí? Pensaba que habías dicho que no te gustaban los parques.
No respondió. Permaneció quieto, con el rostro colorado y mirándose los pies. Me levanté del columpio y caminé hacia la salida del parque. Su mano agarró mi brazo con fuerza, reteniéndome.
-No te vayas- su voz sonó suplicante.
-Es tarde, está oscureciendo y me queda una hora de camino hasta casa.
No me soltó el brazo, me agarró con más firmeza, se levantó del columpio, y aferrándose a él aún tenazmente, me hizo dar la vuelta.
-Quería hablar contigo- dijo mirándome a los ojos, y ruborizándose cada vez más.
Aparté la mirada. Temí que aquel rostro que tanto quería pudiera hacerme daño.
-¿Y de qué querías hablar? -pregunté intentando contener las lágrimas.
Titubeó un momento, pero tras esa pausa me soltó el brazo y con ambas manos tomó mi rostro, alzándolo para poder mirarme a los ojos. Parpadeé para impedir las lágrimas; no quería que me viese llorar. Él no.
-Quería hablar de nosotros -respondió a mi curiosidad con su suave voz, pronunciando 'nosotros' con mucho énfasis-, de lo que tú sientes por mí, y de... de lo que yo siento por ti.
Me las arreglé para apartar la mirada y agaché la vista, dejándola perdida mirando hacia al suelo.
- Sé que te he hecho mucho daño. Me he comportado fatal, te he avergonzado y te he herido, pero, por favor, quiero que me escuches.
Seguí mirando al suelo, pero asentí levemente. Oí cómo tomaba aire y lo soltaba. Estaba nervioso.
- Desde que te vi, siempre me has gustado, desde aquella primera vez que hablamos. Cuando estaba contigo era como estar en una nube, contigo siento que puedo ser yo mismo, que puedo ser quien de verdad quiero ser. Nunca quise hacerte daño, de verdad, nunca. Y sé que no te merezco, sé que soy un mierdas por haberte hecho tanto daño, pero de verdad, te quiero. Te quiero como nunca he querido a nadie.
Soltó todo aquello que durante mucho tiempo se había guardado dentro. No le miré a la cara, no pude contener las lágrimas que empezaron a caer por mis mejillas. No dije nada, me quedé callada, llorando en silencio, asimilando aquello que siempre había deseado escuchar de sus labios. Entonces noté cómo se acercaba a mí, cómo me rodeaba con su brazos y me apretaba contra su pecho. Me abrazó, y apoyó su cabeza sobre mi hombro.
- ¿Lo ves? No tengo derecho a pedirte que me quieras. No soy perfecto, no soy para ti, soy una porquería.
No pude soportar oírle decir todo aquello, le aparté suavemente y busqué sus ojos con los míos. Una vez más, me perdí en aquellos ojos azules que tanto quería, unos ojos que me habían hecho sufrir como nunca. En esa mirada, ambos expresamos todo lo que nunca habíamos sido capaces de decir, no hacían falta palabras, porque ya sabíamos todo. Me cogió el rostro y con mucho cuidado, me besó, con dulzura, con cariño, con amor. Nos separamos y él me abrazó de nuevo. Acerqué mis labios a su oído y muy bajito le susurré:
- ¿Sabes qué?
- Dime.
- Me gustan las cosas imperfectas.

7 comentarios:

  1. te he dicho alguna vez que me encanta tu blog? :D

    ResponderEliminar
  2. Este texto es tuyo?? por que es precioso Irene!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Después de casi dos años... Sí, es mio, y me alegra que te guse :)

      Eliminar
  3. Oh, sonrisadepamplinas pegada en mi cara a la de ya...

    ResponderEliminar
  4. Irene tía, cada vez me estoy volviendo más fanática a tu blog, pero sobre todo a los textos del chico de los ojos azules, eres alucinante.

    ResponderEliminar
  5. No soy de leer entradas largas, pero me atrapó, es muy lindo lo que escribiste! XX

    ResponderEliminar
  6. A mí también me gustan las cosas imperfectas.

    ResponderEliminar