"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

lunes

Mientras ataba la canoa, miró a Allie y contuvo la respiración. Estaba increíblemente hermosa, mirándolo con serenidad bajo la lluvia. No intentaba protegerse ni taparse, y vio el contorno de sus pechos a través de la tela del vestido ceñido a su cuerpo. El agua de la lluvia no era fría, pero de todos modos notó sus pezones erectos y protuberantes, duros como pedruscos. Sintió un hormigueo en la entrepierna y se apresuró a volverse de espaldas, avergonzado, murmurando para sí, agradecido de que la lluvia ahogara cualquier sonido. Cuando terminó y se levantó, Allie lo sorprendió cogiéndole la mano. A pesar del aguacero, no corrieron hacia la casa, y Noah fantaseó con pasar la noche con ella.
Allie pensaba en lo mismo. sintó la calidez de sus manos y las imaginó tocando su cuerpo, acariciándola entera, recreándose en su piel. La sola idea la hizo respirar hondo; sintió un hormigueo en los pezones y un calor nuevo entre las piernas.
Entonces comprendió que algo había cambiado desde su llegada. Aunque no podía precisar el momento en que había comenzado - el día anterior después de la cena, aquella misma tarde en la canoa, acaso cuando habían visto los cisnes o ahora, mientras caminaban cogidos de la mano- supo que había vuelto a enamorarse de Noah Taylor Calhoun, o que quizá, sólo quizá, nunca había dejado de quererlo.


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