Un abrazo.
A veces todo lo que necesitas es eso, lo más fácil y
sencillo del mundo: un abrazo. Muchas veces con el simple gesto rodear a alguien
con tus brazos puedes ayudar a curar muchas cosas.
Un abrazo habla por sí sólo. En un abrazo transmites tus
sentimientos. Con un abrazo curas. Con un abrazo quieres. Con un abrazo
consuelas. Con un abrazo apoyas. Con un abrazo amas.
Esas ocasiones en las que sientes que el mundo se viene
encima, que parece que todo a tu alrededor se viene abajo. En esas ocasiones en
las que estás roto por dentro. Ese momento en el que necesitas alguien que
recoja los pedazos restantes y te ayude a recomponerlos.
A veces, simplemente, con un abrazo, ese gesto de acercarte
a alguien, estrecharle entre tus brazos… Ese gesto es más poderoso que mil
palabras y actos juntos.