"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

jueves

Acariciaba mi pelo lentamente, al tiempo que tarareaba nuestra canción. Cómo me gustaba aquella sensación. Sentía que mi cuerpo no estaba en la tierra, sino a miles de kilómetros por encima de ella. Sentía vibrar cada fibra de mi cuerpo a cada caricia que el me daba. Era mi sensación favorita. Y cuando se acercaba a mi oído, y con aquella preciosa voz me susurraba, oh, creía ser capaz de tocar el cielo con la punta de los dedos. Pero lo más bonito de todos eran sus besos. Los tiernos y vergonzosos en la mejilla, los dulces y románticos en los labios, o aquellos con los que conseguía hacer que me olvidara hasta de mi propio nombre. Y recuerdo perfectamente cada uno de sus besos. El primer beso, apasionado y reprimido durante tanto tiempo, y todos los que siguieron después. Cada uno diferente, cada uno mejor. Cada uno con más sentimiento que el anterior. Qué adicta me volví a aquellos labios, y cuánto echo de menos sentirlos sobre los míos.

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