"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

miércoles

Cada vez que escuchaba esa canción las lágrimas inundaban mis ojos. Aquella canción que me arañaba el corazón, que me ponía los pelos de punta y que tantas veces habíamos escuchado, uno al lado del otro, dejándonos invadir por la letra y pensando que ocurriría. Cada vez que cerraba los ojos podía verle a mi lado, tan guapo como la primera vez que le conocí, haciendo que mis mejillas se tornasen rosas por la vergüenza, haciendo que mi corazón latiese a mil por hora, haciéndome sentir tan especial. Podía recordar todos los lunares de su cara, el número y el lugar exacto donde se encontraban. Sentía sus ojos mirándome, brillando como cuando uno está perdidamente enamorado. Incluso recordaba como pronunciaba mi nombre, con ese desparpajo y la gravedad de su voz. Era el sonido más bonito del mundo. Y tenía aquel perfume grabado en mi mente, como cuando se sentaba a mi lado, se apoyaba sobre mi, y aquel olor me embargaba y me hacía pensar en él.

Cada vez que escuchaba aquella canción notaba un pinchazo en el estómago: el sentimiento de saber que, probablemente, nunca le volvería a ver.

2 comentarios:

  1. te entiendo: es tan feo que algo que en su momento te hizo tan bien luego te haga tan mal...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero siempre quedará el recuerdo de lo bonito que fue mientras duró. Un besito :)

      Eliminar