"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

domingo

Más rápido, más lento. Con calma, con fuerza. Arriba, abajo. No pares. Un beso, y otro, y y otro; infinitos. Una mirada. Una sonrisa. Y un abrazo. Manos que se cogen. Dos corazones latiendo enamorados.


Cuando la miró a los ojos supo que algo no iba bien.
- Dime, ¿qué te pasa?
Ella le miró y en sus ojos el pudo ver reflejado todo su miedo.
- ¿De qué tienes miedo? - le preguntó.
Ella se dio la vuelta pero él la abrazo y le beso la mejilla.
- Sabes que puedes contármelo...
Cuando ella se dio la vuelta, escondió la cabeza en su pecho. Él sonrió.
- ¿Quieres saber cuál es mi problema? -susurró ella.
- Por favor.
Tomó aire y le miro a los ojos.
- Que estoy asustada, que tengo miedo; siempre lo he tenido. Miedo a que me pase algo, miedo a perder a las personas a las que quiero, miedo a tropezar y hacerme daño, miedo a decepcionar a alguien, miedo a no ser fuerte, miedo a enamorarme, miedo a llorar, miedo a reír, miedo a equivocarme, miedo a no elegir bien, miedo a que un día el mundo se acabe y no haya hecho todo lo que tenía que hacer.
- Y ahora, ¿a qué tienes miedo?
- Tengo miedo a que nunca me quieras cómo yo te quiero, miedo a que te vayas y nunca te vuelva a ver, miedo a decirte esto y tú me tomes por una niña, miedo a que me rechaces, miedo a mirarte a los ojos, miedo a que me sueltes la mano y todo se esfume...
- No te preocupes; yo nunca te soltaré la mano.

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