"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

jueves

El teatro estaba a rebosar. No había ni una sola butaca vacía. Un gran telón rojo se extendía a lo largo del escenario. De repente las luces se apagaron. Una melodía comenzó a sonar. Las teclas de un piano. Y de repente una voz comenzó a cantar.


"Every day is so wonderful, and suddenly, it's hard to breathe..."


Él levantó la cabeza y su corazón dio un vuelco. En mitad del escenario se encontraba ella. Sola. Con un micrófono en la mano.


Y estaba preciosa. Su pelo castaño le caía en bucles a ambos lados de la cara hasta el pecho. Estaba más alta y más delgada. Y seguía con aquella sonrisa dibujada en su cara, como el primer día.


No recordaba lo que sentía cada vez que la miraba. Sintió ganas de llorar, quizás por el tiempo que había pasado desde la última vez que la había mirado a sus ojos rasgados, quizás por la alegría de oír su voz cantando aquella canción.


Pero lo que más le asombró, fueron las ganas de levantarse, correr hacia a ella y abrazarla, y besarla, y no soltarla nunca. Susurrarle lo mucho que la quería, el tiempo que llevaba queriendo estar cerca de ella, oler su perfume, cogerle la mano, perderse en su sonrisa...


"I'm beautiful, no matter wat they say..."


Sí, era preciosa. La mujer más preciosa que había visto en toda su vida.

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