"Para ti, que llegaste de repente y cambiaste el argumento de esta historia y el de mi vida."

miércoles


La miro. Me quedo en silencio. Después asiento y sonrío. Ella querría devolverme la sonrisa, pero otra oleada de dolor le hace cerrar los ojos. Esta vez, más rato. Le cojo la mano. Ella me la aprieta con fuerza, con una fuerza inesperada. Después suelta la presa y vuelve a abrir los ojos, y cansada, más cansada que antes, esboza una sonrisa.

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